Otra orilla
(conjunto inédito, selección)
2023-2024
*
Leo en esta página
palabras que desconozco.
Lo que en ellas buscaba
fue una Arcadia o un viejo Paraíso.
Tras los años se difuminaron
sin que nadie supiera dónde y cómo.
En verdad, la ausencia de siempre
nunca salió de su propio laberinto.
*
Aquellos gestos
no pensados
con la prisa del descenso
también dicen
la inalterable costumbre de los días:
los contornos del sueño
y su respiración transparente,
la opacidad de su lenguaje
grabado en sangre a pesar de la ceguera.
*
He regresado
como un desconocido
a esta ceniza que siempre fue mía.
Ventura y desventura
del mismo aire respirado
en la ausencia y el asombro.
Antiguo principio de realidad
que fue ver talado el nogal
aquella lejana tarde de abril.
*
No alcanzamos a decir
el vuelo de los pájaros
antes que pudiésemos oírlos.
Olvidados
como imágenes gastadas
se desplazan silenciosos
mientras convierten tu ceguera
en algo equivalente a mi mudez.
*
De nuevo en la vigilia
vienen esos nombres
que no me reconocen
y preguntan por otro que no soy:
aquel que fui en otra Noche
cuando el aire de la habitación
escondía el vacío de la música
o la sonrisa de mi padre
traía el aroma quieto del ciruelo.
Esos nombres
que ya no sé decir tras la marejada
cuando se han convertido en rostros
de una vieja hierba húmeda.
*
Toda inscripción
anuncia su propia advertencia
como vigilia de lo transitorio.
Así, la vacilación de la luz
es aquel tiempo reunido
tras ese árbol olvidado
que anuncia su inminente despedida.
En verdad, otra manera
donde la noche
dice ser la voz de Nadie.
*
Monótonos, pasan los días.
Nosotros con ellos.
Pero el silencio del árbol
sigue ahí, sereno.
También el tacto del aire,
siempre igual a sí mismo.
Y septiembre y su aroma
cuando en el viento
son el poema que nunca podré escribir.
*
Abandonar la mañana
por esta imagen irreal.
Y las constelaciones
que anoche escribieron
esa vieja semejanza.
Y dejar en el rito de los ojos
ese cuarto vacío
que fue música de pájaros.
*
Era otra la versión de todo esto:
el movimiento ligero de la soledad,
el rictus discreto de los rostros.
Otra versión de esa memoria
empecinada en los destellos
que emergían desde las conversaciones.
Siempre un poco de incertidumbre,
lejos de todo
pero escribiendo una y otra vez
la fragilidad de cada cosa:
el pequeño paraíso de nueces en abril,
el tibio aroma de la manzanilla,
las palabras silenciosas de mi padre
para conjurar la amenaza de la desolación.
Ismael Gavilán (1973). Poeta, ensayista, profesor universitario. Ha coordinado talleres de creación literaria en diversas instituciones: Fundación Pablo Neruda, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, establecimientos educacionales secundarios y bibliotecas públicas. Ha efectuado un trabajo de difusión literaria (charlas, conversatorios, cursos) a través de medios audiovisuales digitales como asimismo un trabajo editorial en Ediciones Altazor de Viña del Mar. Ha sido y es editor y miembro de comités de revistas culturales y literarias como Antítesis (2006-2009), Analecta (2006-2012), WD40 (2019-2021) y 49escalones (2020 al presente), Entre 1996 y 2021 ha publicado siete libros de poemas. Su obra poética está recopilada en Mundo Visible. Poesía reunida 1995-2020. Ha sido incluido en una decena de antologías y revistas impresas y digitales. Asimismo, como ensayista y crítico literario ha publicado varios libros, el más reciente Necesidad de la promesa. Fragmentos ensayísticos y prosa autobiográfica (2023) como también decenas de ensayos, notas, reseñas y artículos en revistas de diversos soportes tanto digitales como impresos y con carácter nacional e internacional. En 1997 obtuvo la Beca del Taller de Poesía de la Fundación Pablo Neruda y en 2001 Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura. En 2011 fue finalista del VI Concurso Internacional de Ensayo en Humanidades del Instituto de Humanidades de la Universidad Diego Portales y en 2022 fue jurado del Premio Atenea que otorga la Universidad de Concepción. Su página web personal es: igavilan.wordpress.com
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