
La velocidad de los árboles
Julián Gutiérrez
13 Mirlos Editores. Santiago, 2022.
Cada vez que regreso
el sur falla
en su distancia precisa
las cifras no calculan
las condiciones del viaje
aferrado a la demora
ni la resistencia
de los vientos contrarios
que se filtran
por las circunstancias
del tiempo.
Soy pasajero
que camina
solo
miro las orillas de un oscurecer
que no cabe en los ojos
como el ahogo de un adiós
en la penumbra
soy pasajero tardío
que espera
en una estación sin nadie
presencia vencida
latir de la muerte
labios que se apagan
justo cuando
murmuran
la palabra viento.
Ahora
la lluvia arrecia
en líquida verba, palabrea
distancia, bajo los ojos
un bosque, entre la niebla
la noche: en vela
golpean la puerta
se repiten golpes, la puerta
sin candado: el miedo, la soledad
te levantas a ver
y nadie más que el perro
enrollado en su condición de perro
tiritando, mira desde el frío
penan tus hijos
la madre de tus hijos, muerta
algo pena en tu cabeza, abuelo
cuando vuelves a la cama triste
con la densidad de la lluvia
en los ojos.
Hubo
A Antonio Gamoneda
un decir en sílabas
exactamente continuas
adivinanzas, palabras olvidadas
hubo álamos señalando caminos
y el recuerdo de una casa
cuyo dolor me concierne
hubo (siempre) un anciano ante una senda vacía
y alguien regresando de la ciudad, como ahora
yo: todo ello.
Inventario
Hay 1 idioma para la ocultación
y algunas frases quebradas sin cabo
que desertan del miedo.
Hay 2 luces para la ceguera
y cuatrocientos cuarenta y seis ojos
creciendo en la oscuridad de Chile.
Hay 3 bosques solos, sujetos a la movilidad del fuego
y el vuelo de interminables pájaros
huyendo bajo el sol.
Hay 4 avenidas enmarcando los límites de la gran ciudad
y numerosos cruces por donde una multitud
transgrede el orden.
Hay 5 continentes deshabitados de pueblo
y dentro de esta ausencia, la inquietud de un puma
queriéndonos habitar.
La velocidad de los árboles
A la memoria de Pablo Guíñez
1
Cada vez que viajo, los árboles también lo hacen
en extraña velocidad y desarrollo
a través de ventanas, avanzan
crecen, en el curso de lugares
extensos campos
dibujan caminos, señalan casas, rodean lagos
pueblan bosques, entre estáticos animales
a veces hay calma, momentos claros
como cuando era niño, solo en el mundo
entre aromos, maitenes, álamos
y pájaros en ramas que mecen
un cielo tan alto.
Julián Gutiérrez (San Ignacio, Ñuble, 1972). Ha publicado los poemarios: Epopeya de la luz (2005), Pie de página (2008), Film de los paisajes (2010) y Territorio extraño (2019). Responsable de las antologías: Panorámica de la poesía de Maipú (2006), Ricardo Navia: Cantos a la muerte (2008) y Fin de Siglo: nueva poesía chilena de los 80 (2009). Su trabajo literario ha sido reconocido con la beca de creación del Fondo del Libro y la Lectura, 2019 y 2022; el Fondo de las Artes y Eventos Culturales Bicentenario de la Ilustre Municipalidad de Maipú, 2006 y 2007; y el Segundo Premio del Concurso Literario Nacional Stella Corvalán de la Ilustre Municipalidad de Talca, Poesía, 2016.
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