RESEÑA ANTOLOGÍA DE MUJERES "TERRITORIO DE LOBAS"
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Por Marcelo Velmar

"La loba, la vieja, la que sabe, está dentro de nosotras.
Florece en la más profunda psique del alma de las mujeres,
la antigua y vital Mujer Salvaje"
(Clarissa Pinkola Estés. Poeta y escritora americana)
Territorio de Lobas, Santiago de Chile 2025, Antología de mujeres poetas latinoamericanas, que con paleta de diversos colores poéticos, nos adentra en una gama variada de entonaciones y voces escriturales. Argentina, Colombia y Chile, países nutridos de alta poesía se reúnen desde la mirada femenina, en alas poéticas de impecable vuelo, para dejarnos un mensaje de plena libertad y búsqueda.
Condición de loba, es la que atraviesa cada una de las muestras de estas ocho poetas, en un logrado intento de transmitir esa intuición en la palabra, en versos que nos muestran espacios, rincones, recodos de diversos territorios físicos y metafísicos, luces de ciudades, oscuridades del alma y brillanteces de supervivencia, en un mundo vivencial que, pese a las distancias, se unen en la mirada de “loba” que, a mi entender, logra explorar la esencia instintiva de las mujeres.
Adriana Rodrigues de Sousa (Argentina), nos transmite una mirada fugaz pero profunda de los viandantes en un rincón de la gran urbe:
“En el subte la sonrisa ni siquiera nos oxida,
Se puede andar así de leve entre la fauna.”
… Cuentan que a los bolsillos de Buenos Aires
ya no llegan gorriones,
Que cuando los poemas se ponen rojos,
hay que volver.”
Alicia Mondaca Rivera (Chile), nos envuelve con sus poemas, en los intersticios del norte del país, donde revolotean paisajes, aromas e imágenes que, con delicadeza y firmeza en el verbo, nos sitúan también en su territorio estético:
“Hoy, sólo por hoy,
me acurruco vestida
de camanchaca
junto al latido de estos olivos
y caminos
en Quebrada Honda”
Brenda Yaniez (Argentina), fuerza expresiva en su lenguaje, pero en una exquisita combinación con la templanza de imágenes poéticas, sonoras y sutiles. Nos dice en su poema, Para sanar el sonido:
“Colocamos lazos
bien cerquita del corazón.
Y así andamos nosotras
Estos días.
Con fuerza para recordar”
Eliana Pulquillanca Nahuelpán (Chile), la energía telúrica de un territorio ancestral es escenario y presencia en cada poema de esta selección. Musicalidad y retorno al vínculo prístino con la madre tierra, con la naturaleza, con los elementos, con los sueños. En su Poema Trayen (Cascada), nos dice:
“En la cumbre
de la tarde.
Con el sol
a media melga.
Planto
en la tierra.
El anhelo
de una semilla.”
María Antonia Núñez (Argentina), nos trae una interesante muestra de poemas breves, fugaces, con imágenes precisas que dan cuenta en velocidad métrica, de su amor a la palabra, al verso mismo; algo de metapoema y metalenguaje escritural en su oficio. En su poema, Lo que el resto no, escribe y reflexiona:
“¿Cómo se hace
con el instante
que define el haiku?
El tiempo,
¿le conversa al silencio?
Elegí una poesía,
te escribo.”
María Elena Giraldo González, desde Colombia, con gran oficio poético, nos acerca a una galería de personajes y escenas Homéricas de la Ilíada y la Odisea. La guerra de Troya arde en cada poema, porque es la guerra cotidiana en los rincones del orbe; ya que “a pesar de los milenos, se repiten las mismas escenas”. Con templanza en el verbo, nos dice en uno de sus poemas:
“Me muerdo los labios cuando una lágrima agoniza en una rosa. La guerra nunca muere, mientras el hombre exista.”
Patricia V. Arza, desde Argentina, nos brinda una secuencia de poemas con imágenes de aires surrealistas, como si detrás operara el “automatismo psíquico” de esa corriente creativa, objetos y situaciones se exponen con “plástica” vitalidad. Nos dice en su poema, La perfección es una:
“cuchara inútil
para almorzar sueños.
El empeine se estira
como memoria
en pergamino.
Sobra una hora
para tanta mierda”
Finalmente, la poeta Pilar Arratia (Chile), con algunas briznas de la tradición “lárica” chilena, dibuja emociones vinculadas a la ausencia, a la pérdida, a los amores filiales y de los otros, a los recuerdos de infancia o adolescencia, que son historia y construcción de futuro, para su propia condición humana. Nos dice en su poema, Cuéntale:
“…A mis hermanas diles
que
aún guardo el abrazo
al inicio de año
y fiesta adolescente
después de brincar la reja
tras el sueño de mi padre
sus ojos largos de río
los tangos de Gardel
el ocaso…”
Un libro de poesía que merece ser leído con atención, que debiera ser reflexionado y compartido en todas sus dimensiones, porque hay un acercamiento fiel y honesto a la condición femenina en tiempos actuales, desde diversas miradas, perspectivas y territorios nacionales y locales. Hay riqueza emotiva, estética y sobre todo poética, que en la actual realidad social política y cultural, viene a dar cuenta también de un esfuerzo, por relevar y traer a colación una alicaída frescura natural, salvaje, primordial y siempre tan necesaria para nuestro espíritu.
Marcelo Velmar (Chillán, 1970). Ha publicado: Poemas a la carta (1995), luego vendrían: Pena de alumbramiento (1997), Mortales razones (Santiago 2009) y Estelado (2018)
Cuenta con inclusiones en diversas revistas literarias y antologías de poesía, tanto dentro como fuera de Chile. Su trabajo ha sido reconocido en diversos certámenes literarios del país. Algunos de los poemas de su libro Mortales Razones, son reconocidos con Mención de Honor y Mejor Poesía Extranjera en el Concurso Internacional de Poesía, Junín País 2010, en la República Argentina.
Destacada es también su labor, en los últimos años, como gestor cultura y promotor de diversos espacios de encuentro, para la difusión de la creación poética, de autores nacionales y extranjeros.
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