Ampelo
Lo llaman Ampelo y ha decidido poner fin a sus días arrojándose a las aguas congeladas del río Imperial.
El de allí es Mulchy y estas ménades inflables que ven aquí y lo siguen vienen de Corea, de Taiwán, de China, de Japón. Ella es María Lourdes (soy María Lourdes), enamorada.
Molina (de calipso) dice que habita una isla paralela, una Ciudad que Fue, que vuela y a ratos es también una cueva subterránea o subacuática.
Se llama Ampelo y observa un féretro que se arrastra sobre el polvo.
Acontece a ratos Simón y se ríe de la muerte de Ampelo, de Reinaldo Molina, de Daniel Mulchy, de su amor María Lourdes Valdés Farías.
Abre la persiana (me acerco y la abro) para observar la arena: Un libro arde junto a un cactus que supone peyote o una mujer llena de espinas que también abre sus piernas para que corra la mezcalina tibia.
El alcohol es una represa a punto de reventar en su cerebro. Se revienta e inunda los días y, cuando baja la marea, queda una espesa capa de légamo, un barro irónico y, a ratos, depresivo, que enloda los pies de quien camina.
No hay paraísos aquí:
El infierno artificial del alcohol crea una ciudad paralela, una ciudad subterránea o subacuática, donde Carahue es China, Barcelona, Alejandría, París o Namur.
Tajo
Los senos de esa mujer están conectados a la guitarra de Mollo
Mitología de una mujer
Mitología del viento
Al que le gusta voltear cosas
Se sale de una tina
Se sale de un bosque
Se sale siempre de un cuerpo
El último cierra la puerta
Desaparece la casa o se incendia
Una mujer saliendo de la casa en llamas
Mi boca en sus senos conectados
Al bajo de Arnedo
Luego volvemos a casa
Llenamos de hojas un cuerpo creyéndonos el viento.
Luego volvemos a casa.
Dentro de casa hay un río y un bote y hay una isla donde suceden cosas: globos rojos sueñan que flotan pero solo están enredados entre los árboles. Algo que cobra alguna importancia si pensamos o sentimos que dentro de los globos suceden cosas: algunas botellas (cuatro, cinco) no se encuentran en su vacío y han decidido abandonar. De nada les sirve tener la Habitación de las Botellas Vacías, que todos los días las limpien. El fuego no les sirve, envejecer no les convence, la trizadura es solo eso: un
rasguño en una piel que no es espejo. Algunas de esas cosas suceden dentro de las botellas.
Sería bueno llevarlas a la orilla del río o del mar.
O enterrarlas en el patio.
Pero los globos están a una altura
Que hace imposible todo o casi todo
Globo rojo
Me gusta la gratuidad en las palabras, ese nonsense, ese surrealismo barato,
Ese creacionismo a seis mil metros de altura del sentido.
Cansado de usar las palabras para comprar corchetes o granos de mostaza
Me puse a leer a Divididos y Alvarenga
Puse velocidad a la arbitrariedad cantando como si naciera
Instalé en mi casa diez televisores veinte bares treinta ríos y me puse a remar
Y cuando me cansaba llegaban las niñas de la noche volando y lo hacían por mi
Mientras dormía y me dejaba deslizar en el sueño
Vaciado de todo significado me acercaba a las sirenas en las rocas
Y les hablaba: mátame madre, no soy digno de tu voz de arroyo
Y ellas me escuchaban decir: mi consuelo, mi redención eterna, el desierto en tus labios
No había entendimiento sino el fluir de la corriente como única palabra
El lenguaje del sol y de los peces como único silencio
Dejé de hablar
Alimentaba los días con paraguas abiertos que abandonaba en la calle
Pero un paraguas siempre vuelve a casa
Lo trae un globo rojo de la mano y te lo entrega: Aquí está su paraguas
Hecho para navegar por la lluvia como una canoa al revés
Moras casi maduras en los ojos
El conejo que cruza la carretera piensa en la fugacidad de la vida
El conejo fosforescente que encandila con un espejo a los automovilistas
Está aprendiendo a deslizarse sobre el asfalto
Entre la zarza arranca sus ojos en un gesto trágico y llena de moras las cuencas vacías
Ricardo Herrera Alarcón (Temuco, 1969). Ha publicado: Delirium Tremens (2001), Bar: Antología poética chilena (2005), en coautoría con el poeta Cristian Cruz, Sendas perdidas y encontradas (2007) Premio Mejores Obras Literarias Publicadas 2008, El cielo ideal (2013), Carahue es China (2015), Santa Victoria (2017), Todo lo que duerme en nuestro corazón desembocará un día en el mar. Antología poética (2020) y Adicciones y fobias (2021).
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