Eslabones
Teresa Calderón
Puerto de Escape,. Valparaíso, 2021.
BEIJIN STRIPTEASE
A Ch’en K’ai-ko
Que yo varón nací, no delicada niña.
(En “Adiós mi concubina).
El baile conjura el miedo a la quietud o inmoviliza de la muerte y los gestos rituales de la bailarina cumplen una función “cosmética” de los movimientos, porque distraen la atención para “ocultar” o “enmascarar” la desnudez de la
ejecutante. Efecto que persigue la presencia del striptease en el velorio, para que los dolientes desvíen su atención del cuerpo muerto y se concentren en celebrar la vida con el baile.
I.
Bailo para vivir por ti
mi piel pálida no es la piel de la muerte
mi pálida tez es la vida
que oculta el tránsito a la descomposición.
Ya no me verás en ese trance amor
si no lentamente
y poco a poco
despojándome de mis ropas
de mis sedas y encajes y hasta de mi piel
para que mires hacia la vida vestida de la muerte
y la muerte desnudada de la vida
mi pubis
mis muslos
mi deseo transitando a la tumba.
Ve mi cuerpo amor mío.
Ve mi obscenidad.
Ve mis piernas y entrepiernas.
Ve cómo la seda se escurre por la piel
como la luna entre los reflejos del río.
Sólo concéntrate amor en mis muslos blancos albos.
Gózame así desnuda desde las vestiduras del día a la noche.
Piensa que me posees con la mirada turbia.
No es otra cosa la muerte que un desnudo
que baila bajo la luna y el río.
Acá mira no te desvíes con la mirada
de mi baile de mis ropas
que descienden hacia el otro mundo
de mis sedas y encajes y mis montes albos.
Mírame así de desnuda querido
blanca como la luna que fue y será.
Mira cómo mi ropa cae y bailo y agonizo de vida
en tu bajo vientre.
Fija tu mirada en mi pubis
en mis nalgas albas porque amanece y mis piernas danzantes
desde donde vine y hacia dónde iré
bailando siempre bailando y con la seda descendiendo
por todo mi cuerpo una segunda piel.
Y agoniza conmigo enmascarado en mi desnudez
y entre mis muslos sueña cuando fuimos amantes y felices
y huele y agota tus sentidos en el último racimo de flores
mi bello púbico que sigue bailando para ti
entre mis muslos
y mi rubor desmoronado.
II.
Si piensas que no respiro
pon tu oreja entre mis pechos
que desnudé para ti.
Pon tu boca en mis pezones
que antes no eran tan fáciles como ahora
que despojé de mis gasas y ropas y sedas
lentamente una a una
como se deshoja una flor en los inviernos
rojos sus pétalos para internarse
a esta gruta del tigre blanco
abierta de par en par para ti.
Pero no tan pronto amor mío
las flores se deshojan con parsimonia
con la parsimonia de la brisa del viento lento
de los muslos temblando por el frío
de cada tela desmenuzada por los dientes del tigre blanco
que aguarda poco a poco y lentamente
mi cuerpo transita hacia el total desnudo
pero minuto a minuto segundo a segundo
el tiempo justo del desnudo absoluto no es fácil
no será fácil amor verme tan desnuda
ni mis pechos ni mis nalgas ni mi vientre
ten paciencia porque habrá toda una eternidad
antes que veas mi cuerpo así tan sin ropa
con esa pura y alba piel y mi vello púbico, ahora impúdico
como la entrada a la gruta del albo tigre deseado
tras mis pétalos cotidianos
y sus fauces rojas.
III.
En China, la etnia qiang (a noroeste de la provincia de Sichuan)
relaciona los bailes con todos los aspectos de su vida y cultura, pues, "cada actividad tiene su baile: fiesta, cosecha, recibir huéspedes, adorar a los dioses, ya que la danza posee un fuerte componente ritual relacionado con su historia y mitología, que sirve como medio de expresión a través del cual transforman cualquier acto de sus vidas en algo sagrado y con mucha carga significativa. Su baile más famoso es el Salang, que hoy incluye numerosas variaciones con significados que cambian según el contexto, pero que en los funerales adquiere ciertas características especiales como los movimientos lentos y estereotipados, para expresar respeto porque describe otras importantes danzas religiosas como el Baile de la Armadura, únicamente realizado en los ritos funerales, para mostrar a los espíritus la protección que los vivos son capaces de brindarles a sus muertos".
Teresa Calderón (La Serena, 1955). Poeta, cuentista, novelista. Estudió Pedagogía en Castellano en la Universidad Católica y, posteriormente, en 1986, Estética en el Instituto del mismo nombre de su alma máter. En poesía, dentro de su extensa obra, ha publicado Uno X Uno (1979), Mujeres del mundo: uníos (1984), Causas perdidas (1984), Género femenino (1989), Imágenes rotas (1995), Aplausos para la memoria (1999), El poeta y otras maravillas (2000), Obra poética (2003), Elefante (2008), Eslabones (2020 y 2021). Ha recibido, entre otros reconocimientos en este género, el Primer lugar en el Concurso Nacional de Poesía de El Mercurio (1989), Premio Elena Caffarena (2007), Premio Altazor (2009), Premio Poesía del Círculo de Críticos de Arte de Chile (2021). En 1992 fue galardonada con el Premio Pablo Neruda de Poesía Joven.
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