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“PARA NUESTRA GENERACIÓN. PEARL JAM, NIRVANA, SOUNDGARDEN, ALICE IN CHAINS Y TANTOS MÁS, FUERON CASI NUESTRA EDUCACIÓN EMOCIONAL” ENTREVISTA A ÁLVARO AGURTO PINCHEIRA

 

Por Ernesto González Barnert

Es un honor presentar esta entrevista con Álvaro Agurto Pincheira, poeta, editor y creador multifacético que ha logrado construir un vínculo profundo entre la poesía, la música y la experiencia cotidiana. Su obra refleja un diálogo constante con el ritmo y la resonancia, elementos que no solo se encuentran en sus versos, sino que impregnan todo su proceso creativo. En esta conversación, Álvaro nos comparte su visión sobre el papel fundamental del silencio y la espera en la creación poética, donde el ritmo no es solo una herramienta, sino un acto de sintonización con una vibración interna que se transforma en palabra. La influencia de la música es omnipresente en su obra, y su apreciación por artistas como Father John Misty o la esencia del grunge de Seattle revelan una sensibilidad particular por las texturas sonoras que impregnan su poesía.


Al hablar de su conexión con dos ciudades tan distintas como Cuernavaca y Concepción, Álvaro nos invita a reflexionar sobre el poder de los lugares para moldear la identidad creativa. La melancolía contenida de Concepción contrasta con la efervescencia de Cuernavaca, pero ambas han sido vitales en su desarrollo como escritor, ofreciendo un campo fértil para la creación poética desde diversas perspectivas.


En su próximo libro, Americana, 61 acordes de ruta, el concepto de viaje se convierte en una metáfora poderosa para explorar tanto los desplazamientos físicos como los emocionales. Álvaro nos habla de la poesía como un movimiento constante, un viaje interno que se nutre de la observación y la resonancia con el entorno. La colaboración en proyectos como La Bigotona y Agente Naranja ha sido una forma de expandir su universo creativo y de conectar con otros artistas, poetas y lectores. Álvaro subraya la importancia de los espacios culturales abiertos, donde la colaboración y la creación colectiva se convierten en una fuente vital de energía artística.


El reconocimiento obtenido con el Tercer Certamen de Poesía Espumosa en 2023, y la traducción de su obra a diferentes idiomas, no solo representan un logro personal, sino también una oportunidad para que su poesía trascienda fronteras y se conecte con otros contextos culturales.


En esta entrevista, también exploramos su faceta como tenista y profesor, facetas que alimentan su poesía y viceversa, creando un espacio donde la poesía, el deporte y la música se entrelazan para ofrecer una visión única de la vida.


Finalmente, Álvaro se asoma a nuevos proyectos y direcciones, revelando un deseo de explorar su faceta musical de manera más pública y de seguir desarrollando su labor como editor, un campo en el que ha encontrado gran satisfacción y conexión con la obra de otros poetas.


Esta conversación nos ofrece una visión profunda de un poeta cuya obra sigue creciendo y resonando en múltiples direcciones, siempre en busca de nuevos horizontes creativos. No dejen de leer Polaroid [Plaza de Letras], un libro que aprecio sobre manera como cada cosa que hace el poeta desde hace unos años radicado en México.


1.Tu obra poética parece estar profundamente influenciada por la música. ¿Cómo logras que el ritmo de tus poemas y su contenido se fusionen de una manera tan armónica?

–Creo que el silencio y la espera esculpen la forma. Muchas veces me veo más como lector de poesía que como poeta. En este sentido y desde mi experiencia, la labor de uno consiste en estar atento a una vibración y seguirla, en el caso que “deba” desembocar en poema o acorde. Ese enorme poeta venezolano que es Rafael Cadenas, dice en un ensayo “el alma tiene un ritmo lento”. El ser fiel a esa premisa, creo puede redundar en la emergencia de poesía que conecte más hondamente con otros. Lo que me interesa de la poesía es el tono, la voz de un texto. Un tono que invite a quedarse. Esos son los poemas y poetas con que sintonizo. También en la música. Por ejemplo, la versión acústica que Father John Misty hace de The Suburbs, de Arcade Fire. En ese tipo de calidez e intimidad abrevo.


2.Cuernavaca y Concepción son dos ciudades muy distintas. ¿Cómo ha influido tu estadía en México en tu proceso creativo y en tu poesía?

–Te diría que ambas ciudades comparten una pulsión y carga creativa similar, pero a la que se aproximan de formas diferentes. Conce, y Chile en general, tienen esta cosa melancólica, contenida, de siempre mirar hacia abajo como buscando respuestas. Cuernavaca representa lo contrario: colores, espacio llano, efervescencia, conectar y crear desde el mero presente. Estas características, entre otras, son las que me enamoraron de este lugar ya hace más de veinte años- en mi primer encuentro con esta ciudad- y que me hicieron y hacen sentirla como mi lugar en el mundo. Esta sensación de pertenencia, le está dando y dará, una cancha más abierta, en mi caso particular, a aquello que necesite dejarse crear.


3.Tu próximo libro, Americana, 61 acordes de ruta, evoca una sensación de viaje. ¿De qué manera consideras que el viaje-tanto físico como emocional-impacta tu escritura?

–El viaje como metáfora, símbolo de movimiento. Interno, sobre todo. En esos desplazamientos, creo, la poesía tiene mayor chance de aparecer, iluminar. Si hay una cosa que gozo en lo cotidiano, y que trato de vivir tanto en mi trabajo como en la multitud de esferas en que me desenvuelvo, es el poner cosas en movimiento. Ese es para mí el aterrizaje concreto de la noción de viaje.


4.La colaboración con La Bigotona y la creación de Agente Naranja te han permitido expandir tu poesía a nuevos horizontes. ¿Qué significa para ti tener un espacio cultural donde interactúas tan cercanamente con lectores y otros creadores?

–Tiene que ver fundamentalmente con abrir espacios, con conectar con gente que abre espacios. Pienso, como tú dices, por ej, en los chicos de La Bigotona (Jorge, Emilia, Antonio, Claudia), en el poeta y gestor cultural Ángel Cuevas, en el trabajo de difusión cultural de Raúl Silva, en Martín Cinzano y Manuel Illanes, también autores chilenos en el exilio voluntario en México, en Citlali Ferrer, en los músicos Andrés Uribe y Elías Aquique, en Kenia Cano, a través de quien pude conocer la obra de esa maravillosa poeta mexicana que es Pura López Colomè (que al día de hoy se ha convertido en un faro; lectura que ella sugiera, allá voy); en fin..en las redes que se gestan entre compañeros de camino que no temen colaborar y crear entornos y relaciones creativas vitalizantes.


5.Has ganado el Tercer Certamen de Poesía Espumosa en 2023. ¿Cómo fue tu experiencia participando en este concurso y qué relevancia tiene este reconocimiento para ti?

–Es un regalo el hecho de conectar. El habitar poético, desde mi punto de vista, tiene que ver con empalmar en forma constante, desde la intuición, con momentos, personas, entornos. Si los poemas o libros surgidos así en mi trabajo, han resonado en otros, albricias. Que esto haya sucedido con una poeta que admiro, como Andrea Alzati, llena de gratificación, y confirma para mí la intuición, sostenida a través del tiempo, de respetar los ritmos que la vida va indicando.


6.Tu poesía ha sido traducida al inglés y publicada en varios medios internacionales. ¿Cómo percibes la recepción de tu obra fuera de Chile, y qué importancia tiene para ti que tus versos lleguen a otros contextos culturales?

–La recepción que ha tenido me genera una sonrisa interior, en el sentido de que son textos, en palabras de lectores de diversos contextos, cuya respiración los invita a quedarse. Entonces, la importancia que reviste para mí el que lleguen a otras latitudes, tiene que ver justamente con la posibilidad de brindar descanso y contención, a través de estas cápsulas de resonancia y significado.


7.En tu poema “El Rondell de Seattle”, que será parte de tu próximo libro, encontramos una nostalgia muy peculiar. ¿Qué significado tiene este lugar para ti, y cómo se relaciona con los temas recurrentes en tu poesía?

–Para nuestra generación, Pearl Jam, Nirvana, Soundgarden, Alice in Chains y tantos más, fueron casi nuestra educación emocional. No desde esa cosa un tanto oscura y derrotista que tuvo Seattle en los 90, sino desde la emergencia de un sonido y una estética que instalaron un tono (volvemos al tono) Lo bello es que, pasada la ola del grunge, con lo bueno y malo que trajo, esta ciudad siguió siendo una especie de faro musical. Me detengo aquí en lo simbólico de la aguja espacial de Seattle, en tanto faro que a la vez canaliza e ilumina nuevos sonidos. Pienso, por ej, en esa joya que es la radio KEXP y sus cápsulas. No hay que ir más lejos si lo que uno quiere es abrirse a nuevas propuestas musicales. Ahora, la ligazón entre Seattle y lo que escribo tiene que ver con la inspiración. Hablábamos hace un rato del movimiento. La inspiración que ejerce la música para poner cosas en movimiento, entonces. En lo diario lo vivo en mi trabajo como recepcionista de inglés individual: la música es el motor para poner la agenda en movimiento.


8.Como poeta, tenista aficionado y profesor diferencial, tus intereses parecen abarcar una amplia gama de experiencias. ¿De qué manera estas facetas de tu vida alimentan tu poesía y viceversa?

–Una cosa que siempre agradeceré a mis papás, es que hayan tenido la intuición de meternos a mi hermano y a mí, de niños, a clases de tenis y guitarra. Para mí al menos, ambas facetas fueron amor a primera vista y para toda la vida. La poesía llegaría un poco después, con la adolescencia. Si me pidieras hacer una distinción, te diría: con el tenis me despliego, con el folk conecto y en la poesía abrevo. En esa dinámica, estos tres ejes se potencian uno a otro.


9.Finalmente, ¿qué nuevas direcciones o proyectos te gustaría explorar en el futuro dentro de tu poesía o en otros formatos creativos?

–Tal vez está pendiente el salir del clóset musical, jaja. Explorar en una faceta más pública el amor por lo folk. Tocar en ambientes cuidados, al principio, y de ahí ir escalando. La edición de poesía, por otra parte, me he dado cuenta en los talleres que he dictado, la disfruto y gozo muchísimo. Nado como pez en el agua buscándole alternativas o soluciones a los textos de alumnos y amigos poetas. Hay ahí una veta que me gustaría desarrollar en lo venidero.

 

Álvaro Agurto Pincheira (Concepción, 1978): Profesor diferencial por la UMCE. Entre 2012 y 2015 reside en Cuernavaca, México, donde cursa estudios de Licenciatura en Letras Hispánicas en el sistema abierto de la UNAM. En 2017, una selección de y traducción de sus poemas es publicada en la web londinense Ventana Latina. Invitado a las versiones 2017, 2018 y 2019 del Festival de Poesía de La Chascona. En el 2019 publica Polaroids.


Ernesto González Barnert (Temuco, 978). Poeta, cineasta y gestor cultural. Su obra poética ha sido reconocida con el Premio de Poesía Infantil de las Bibliotecas de Providencia [2023], Premio Pablo Neruda de Poesía Joven [2018], Premio Nacional de Poesía Mejor Obra Inédita [2014], Premio Nacional Eduardo Anguita [2009], Mención Honorífica del Concurso Internacional de Poesía Nueva York Poetry Press [2020] entre otros premios, becas y concursos de índole poético. Licenciado en Cine Documental de la Universidad Academia Humanismo Cristiano y Diplomado en Estética del Cine de la Escuela de Cine de Chile.

Productor Cultural de la Fundación Pablo Neruda. Reside en Santiago de Chile.  

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