Camila Fadda Gacitúa
Mover el agua
Camila Fadda Gacitúa
Editorial Los perros románticos. Santiago, 2019
Matriz
Ni luz ni sombra ni ruido
ni cosa que se moviera.
Quietud y silencio y agua
sin arriba sin abajo
sin vértigo ni gravedad.
Nada que se mantuviera erguido
nada que se desmoronara
ni frío ni calor ni hambre ni sed
sólo
líquido y latido.
Mover el agua I
Con la desnudez mansa
y un atado de palabras por decir
ondulé sin resistencia
en la tensión superficial.
Escribí agua en el agua.
Ella me devolvió un fracaso líquido.
Lo que está en reposo dicen
permanece en reposo hasta que
algo lo pone en movimiento.
Quería decir algo
con mi lenguaje yerto
mover algo.
Mi gesto movió el agua
el agua tradujo el trazo
en longitud y frecuencia
así en la superficie
como en las honduras.
Escribí en el agua.
Nadie más que el agua
lo sabe.
Semejanza
Suspendida en la niebla
desorientar
o desorientarse
deambular en la duda
o quedarse atrapada
en una malla nailon
condensarse
comenzar a gotear y
someterse a la tierra seca
desesperar por la raíz.
Eso soy frente a la niebla
más niebla.
Fractura
Tengo una copa de vidrio rota en mi mano
tengo en mi mano vidrios de lo que ya no es una copa
tengo fragmentos de vidrio en mi mano refractando luz
filosos restos de un objeto del que bebí con placer
fragmentos de algo que ahora no sé bien qué era
partes irregulares de incompletud y ausencia
cortantes filos de cristal atrapando la luz
trozos de algo que podría llegar a ser
tengo fracturas y fractales y esta duda:
en qué se convierte lo roto.
Fluido
Seguí su trayecto de dardo romo
alcancé a fantasear la curva
obstinadamente descendente
y pude advertir el desenlace pero
no quise perderme el gran final:
ese garabato al que sólo yo
le sabría el origen y la ruta.
La vi caer y reventar sobre la hoja
la salpicadura manchó dos sílabas
de 'claridad' el cincuenta por ciento
de 'fe' las vocales de la palabra 'ruina'
y toda la palabra 'afán'.
Lo demás cayó en lo blanco
que es un medio de contraste
para exhibir lo que más hiere.
Ansiedad
Cuando no hay
ni risa ni pena
voy por
la costra de
la herida que
ni viva ni seca
llevo puesta.
La obligo con
la uña que
ni larga ni corta
dura en lo duro
se in-crusta.
La costra de
la herida que
ni nueva ni vieja
llevo dentro.
Dolor que no es
ligero ni grave
uña que ya
ni limpia ni sucia
rompe la piel
ni blanca ni roja
viscosa y húmeda
encostrada
in-crustada.
Desencuentro
Va y viene como todo lo que oscila como yo que voy y vengo como tú que vienes y que en el vas me das un beso
y voy al cruce delirante de tu vas y de mi vengo a besar el beso con la boca lista para recibir la boca.
Nada de aire me llega ni un soplo del vienes ni siquiera un aliento de beso fresco.
El péndulo alcanzó la máxima amplitud y desde el punto ingrávido vuelve el beso con toda su gravedad pero no a las bocas.
Aturde en la nuca el golpe seco de ese peso de ese beso muerto.
Reflejo
Yo eres un ave que no me canta
tú soy el alpiste en el comedero
yo eres rocío de la mañana
tu soy la hierba que lo recibo
yo eres esa imagen en el agua
tu soy yo que te reflejas
te adornan las plumas que llevo puestas
escucho tu canto en mi garganta
háblame de pájaros con mi voz
para decirme cómo suena
y quién me canta.
Gravedad
Lanzar con fuerza la palabra
para hundirla en la blandura
es un acto grave que afecta
expansiva y silenciosamente
todo el amoroso territorio
que abarca desde muy aquí
hasta donde se pierde el corazón
allá en la otra orilla.
Imagínate en tu orilla
imagina la palabra como piedra
imagina la blandura como agua
y la gravedad como gravedad.
No puede caer sin afectar
no sin mover el agua de mi orilla.
Mover el agua II
Me posé sobre el agua
y la tensión que fue del cuerpo
es ahora de la superficie y así
me mantuve a flote sin esfuerzo.
Fui de una orilla a otra orilla
vórtices espirales tras de mí
en cada costa asomaron los curiosos
nadie se atrevió a decir mi nombre.
Me llamaron zancudo gekko argyroneta
y otros nombres que por ajenos no recuerdo.
Yo pasé ante todos con la mirada puesta lejos
propagando una estela que se diluyó
antes de alcanzar las costas.
Un junco
se meció apenas.
Camila Fadda Gacitúa (Santiago, 1969). Poeta, traductora (del alemán), gestora cultural. En 2012 obtiene 1er premio en concurso Poesía de Mujer, Perú. En 2013 publica Cauce. Ha participado en clínicas, talleres y eventos de fomento a la traducción en Argentina, Colombia y México. En 2017 es seleccionada para la beca de residencia en el Banff Centre for Arts and Creativity, Canadá. En 2019 es becaria de la Casa de Traductores Looren, Suiza, para traducir a la poeta premio nacional Leta Semadeni. Su poemario Mover el agua, publicado en agosto de 2019, recibe el premio a mejor obra poética de ese año, reconocimiento que otorga el Círculo de Críticos de Arte de Chile.
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