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MOVER EL AGUA

Actualizado: 6 may 2021

Camila Fadda Gacitúa

 

Mover el agua

Camila Fadda Gacitúa

Editorial Los perros románticos. Santiago, 2019

 

Matriz


Ni luz ni sombra ni ruido

ni cosa que se moviera.

Quietud y silencio y agua

sin arriba sin abajo

sin vértigo ni gravedad.

Nada que se mantuviera erguido

nada que se desmoronara

ni frío ni calor ni hambre ni sed

sólo

líquido y latido.


Mover el agua I


Con la desnudez mansa

y un atado de palabras por decir

ondulé sin resistencia

en la tensión superficial.


Escribí agua en el agua.

Ella me devolvió un fracaso líquido.


Lo que está en reposo dicen

permanece en reposo hasta que

algo lo pone en movimiento.


Quería decir algo

con mi lenguaje yerto

mover algo.


Mi gesto movió el agua

el agua tradujo el trazo

en longitud y frecuencia

así en la superficie

como en las honduras.


Escribí en el agua.

Nadie más que el agua

lo sabe.



Semejanza


Suspendida en la niebla

desorientar

o desorientarse

deambular en la duda

o quedarse atrapada

en una malla nailon

condensarse

comenzar a gotear y

someterse a la tierra seca

desesperar por la raíz.


Eso soy frente a la niebla

más niebla.



Fractura


Tengo una copa de vidrio rota en mi mano

tengo en mi mano vidrios de lo que ya no es una copa

tengo fragmentos de vidrio en mi mano refractando luz

filosos restos de un objeto del que bebí con placer

fragmentos de algo que ahora no sé bien qué era

partes irregulares de incompletud y ausencia

cortantes filos de cristal atrapando la luz

trozos de algo que podría llegar a ser

tengo fracturas y fractales y esta duda:

en qué se convierte lo roto.



Fluido


Seguí su trayecto de dardo romo

alcancé a fantasear la curva

obstinadamente descendente

y pude advertir el desenlace pero

no quise perderme el gran final:

ese garabato al que sólo yo

le sabría el origen y la ruta.


La vi caer y reventar sobre la hoja

la salpicadura manchó dos sílabas

de 'claridad' el cincuenta por ciento

de 'fe' las vocales de la palabra 'ruina'

y toda la palabra 'afán'.


Lo demás cayó en lo blanco

que es un medio de contraste

para exhibir lo que más hiere.



Ansiedad



Cuando no hay

ni risa ni pena

voy por

la costra de

la herida que

ni viva ni seca

llevo puesta.

La obligo con

la uña que

ni larga ni corta

dura en lo duro

se in-crusta.

La costra de

la herida que

ni nueva ni vieja

llevo dentro.

Dolor que no es

ligero ni grave

uña que ya

ni limpia ni sucia

rompe la piel

ni blanca ni roja

viscosa y húmeda

encostrada

in-crustada.



Desencuentro


Va y viene como todo lo que oscila como yo que voy y vengo como tú que vienes y que en el vas me das un beso

y voy al cruce delirante de tu vas y de mi vengo a besar el beso con la boca lista para recibir la boca.


Nada de aire me llega ni un soplo del vienes ni siquiera un aliento de beso fresco.


El péndulo alcanzó la máxima amplitud y desde el punto ingrávido vuelve el beso con toda su gravedad pero no a las bocas.


Aturde en la nuca el golpe seco de ese peso de ese beso muerto.




Reflejo


Yo eres un ave que no me canta

tú soy el alpiste en el comedero

yo eres rocío de la mañana

tu soy la hierba que lo recibo

yo eres esa imagen en el agua

tu soy yo que te reflejas

te adornan las plumas que llevo puestas

escucho tu canto en mi garganta

háblame de pájaros con mi voz

para decirme cómo suena

y quién me canta.



Gravedad


Lanzar con fuerza la palabra

para hundirla en la blandura

es un acto grave que afecta

expansiva y silenciosamente

todo el amoroso territorio

que abarca desde muy aquí

hasta donde se pierde el corazón

allá en la otra orilla.


Imagínate en tu orilla

imagina la palabra como piedra

imagina la blandura como agua

y la gravedad como gravedad.


No puede caer sin afectar

no sin mover el agua de mi orilla.



Mover el agua II


Me posé sobre el agua

y la tensión que fue del cuerpo

es ahora de la superficie y así

me mantuve a flote sin esfuerzo.


Fui de una orilla a otra orilla

vórtices espirales tras de mí

en cada costa asomaron los curiosos

nadie se atrevió a decir mi nombre.


Me llamaron zancudo gekko argyroneta

y otros nombres que por ajenos no recuerdo.


Yo pasé ante todos con la mirada puesta lejos

propagando una estela que se diluyó

antes de alcanzar las costas.


Un junco

se meció apenas.


 

Camila Fadda Gacitúa (Santiago, 1969). Poeta, traductora (del alemán), gestora cultural. En 2012 obtiene 1er premio en concurso Poesía de Mujer, Perú. En 2013 publica Cauce. Ha participado en clínicas, talleres y eventos de fomento a la traducción en Argentina, Colombia y México. En 2017 es seleccionada para la beca de residencia en el Banff Centre for Arts and Creativity, Canadá. En 2019 es becaria de la Casa de Traductores Looren, Suiza, para traducir a la poeta premio nacional Leta Semadeni. Su poemario Mover el agua, publicado en agosto de 2019, recibe el premio a mejor obra poética de ese año, reconocimiento que otorga el Círculo de Críticos de Arte de Chile.


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