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ENTREVISTA A MARCELO VELMAR

Actualizado: 7 may 2021

Por Elgar Utreras

 

Entrevista realizada por el poeta Elgar Utreras, a propósito de la pronta aparición del poemario Estado de situación de Marcelo Velmar .


E. U.: Desde los primeros versos de Estado de situación se ve una preocupación por el tiempo, lo que me recuerda a Heidegger situando al ser en relación con este. ¿Cómo concibes el tiempo y su relación con la construcción de la identidad personal y colectiva? ¿Cómo afecta en tu imaginario y se refleja en tu nuevo libro?

M. V.: Estado de situación, se sostiene en el complejo equilibrio del tiempo en la existencia, si lo pensamos desde nuestra condición humana transitoria, no cabe duda, que nos encontramos y nos hacemos a cada segundo, a cada minuto y así, con sus días meses y años, que para cada individuo es solo un pasar por la vida, con una “fecha de vencimiento”. Creo que para nuestra cultura occidental es muy jodido comprender y aceptar la idea de que, nacemos para morir, esa angustia existencial sin duda ha generado en muchos filósofos, pensadores, poetas, la idea de Ser en el tiempo, tal como lo plantea Heidegger. No sé si una paradoja, pero sí al menos la constatación de que la vida que tenemos es un plano de existencia ridículamente breve, un chispazo, casi una ilusión. La mayoría de las personas sentenciamos desde cierta edad, “qué rápido pasa el tiempo”…y es obvio, es la reconfirmación de que el tiempo del reloj, nada tiene que ver con el sentido de eternidad, el tiempo es humano, el tiempo no se detiene, no tiene medida, el tiempo no existe, es solo la eternidad traducida a la existencia humana, en un calendario.


E. U.: Se afirma que las palabras crean realidades. Desde esta perspectiva ¿Qué tipo de realidad quieres construir con tu palabra poética?

M. V.: Sin duda la palabra es un artefacto poderoso, puede ser pétalo o fusil para los sentidos, ya desde el origen cristiano se plantea la idea de que en el principio es el verbo, y en uno de los poemas de este libro, trato de hacer ver este protagonismo de la palabra, de alguna manera. El material de la palabra, el habla o la escritura, dan sentido a la realidad, la crean, la amoldan, la transforman, cotidianamente, diariamente, y tener esta conciencia te hace descubrir que jugar con las palabras es jugar con fuego, construyes o destruyes con lo que dices. Yo pretendo solo construir un mensaje lo más ecuménico posible, que llegue a la mayor cantidad de personas, indicando nada nuevo, ni fabuloso , sólo de una manera distinta, para decir que somos todos un solo respiro, una sola alma repartida en chispas individuales. Quiero construir una comunidad de entendimiento y convergencia, de compartir solo por el gusto de compartir.


E. U.: La muerte es la única certeza que tenemos y tu poesía parece invitarnos a la aceptación de este ineludible hecho, lo que nos recuerda algunas enseñanzas budistas. ¿Durante el proceso de gestación de Estado de situación, tuviste ocasión de visitar algunas lecturas en esa línea? ¿Qué nos puedes recomendar?

M. V.: Claro, ya lo planteaba antes, es una jodida condición el aceptar y comprender que nacemos para morir, que mayor angustia existencial que esa…pero valga decir que hay almas y almas, tantas como seres humanos pueblan el planeta, tantas, como seres vivos pueblan el planeta, pero toda vida en este plano del ser se dirige indefectiblemente al mismo final. Algunas luminosas, algunas lastimeras, algunas brillantes, algunas grises y opacas, algunas auto cercenadas por impulso de sangre en abundancia. Yo creo en este punto, que los suicidas dejan mucho para aprender acerca del impulso vital y del impulso de querer desaparecer en un momento, porque te haces soberano de tu respiración. Yo trato de hacer ver en los poemas de Estado de situación que todos hacemos el mismo viaje hacia la soberana muerte, que para algunas culturas es un don, un necesario estado de transformación para el alma que es imperecedera. Por eso digo en un poema del libro “más allá de los huesos, todo es alma”. Con ello me he encontrado desde siempre (ya desde mi paso por un Seminario Católico) en algunos de los libros sagrados que he leído y que de paso convergen en lo mismo: la Biblia, el Mahabarata, el Baghavad Gitá, incluso el Corán, pero el que más me ha inspirado para comprender y estar consciente de lo transitorio de la condición humana, es el Dhamapada, un libro que nos acerca en cada uno de sus versos, al conocimiento del budismo. Recomiendo acercarse a la poesía existencial del gran poeta Chileno Humberto Díaz- Casanueva, al poeta Argentino Hugo Mujica al poeta español Blas de Otero en su etapa existencial con Ángel fieramente humano.


E. U.: No cabe duda de que Estado de situación es el resultado de una profunda reflexión, sin embargo, no está ausente la intuición. En ese sentido ¿Cómo surge la poesía en Marcelo Velmar?

M. V.: Surge en este caso, como reacción a las miles de preguntas que nos acechan a todos, cada día. Pero también a las respuestas y decisiones que debemos tomar a cada momento, desde las más cotidianas, hasta las más complejas, que sin duda constituyen las acciones que nos construyen o nos estancan. La intuición en la vida como en todas las artes, es un ingrediente fundamental. Es aquella voz, que sólo cada individuo logra escuchar y que cada individuo decide comprender, aceptar o anular. Como hubiese dicho mi abuela Rosa, es “atinar o hacerse el leso”. En lo personal, pretendo traducir en poesía, lo que la vida me ha venido señalando, desde que tengo conciencia de estar vivo y conciencia de que soy perecedero. Estado de situación va en esta línea.


E. U.: Dada la profundidad que alcanza Estado de situación ¿Qué esperas de los lectores? ¿Esperas abrir un diálogo?

M. V.: Claro que sí…alguna vez también lo señalé que, escribimos o pintamos, o hacemos música o desarrollamos el arte que sea, para comunicar; y decidir eso en la vida de un artista implica un compromiso con el diálogo, con la crítica, con lo que puedas recibir como efecto, provocado por tu trabajo amoroso de querer poner en común, un pensamiento, una idea, una imagen que dé cuenta de lo que somos o pretendemos ser. Si ese diálogo ocurre ¡maravilloso! Y si ese diálogo no ocurre, maravilloso también, porque al menos en mi caso, no se agota la pulsión de continuar escribiendo y eso, es liberador.

E. U.: En el poema Ciudad de los ciegos es inevitable pensar en nuestro país forzado a la ceguera, a esa condición de tuertos que el poder ha desencadenado posterior a octubre de 2019 ¿La realidad, qué importancia tiene en la construcción de un mundo poético que se sostiene por la palabra y que, además, está cruzada por la subjetividad del autor y el lector?


M. V.: La realidad nos alimenta, nos impulsa a continuar o a detener la marcha, porque sí nomás. La realidad que vivimos es nuestro acuario conocido, en este dejamos que las cosas ocurran, o dejen de ocurrir si afectan tu dignidad o tu soberana existencia. Entonces, claro, hay guiños en el libro, a lo que hemos enfrentado y hemos experimentado, como “ciudadanos” de un país tremendamente desigual, un país con todas las condiciones materiales para construir una sociedad de iguales, de “iguales”, pues sí, de personas capaces de dialogar y construir en conjunto. Pero tenemos la sociedad inversa a esa imagen, que NO ES UTÓPICA, es absolutamente posible y absolutamente presente en muchas naciones del mundo, no es la idea de una sociedad imposible como nos hacen creer. El Estado de Bienestar, tan vilipendiando por algunos, es lo que permite que naciones desarrolladas de Europa, logren equilibrar de alguna manera, las posibilidades de las personas, de contar con todas las medidas y opciones para resolver su vida de la mejor manera posible. Chile es una paradoja, y en esa paradoja debemos encontrar espacios luminosos, para una vida mejor. El estallido social del 18 1O 2019, vino a generar algo de esa conciencia dormida en los laureles de la “apatía generalizada” y que la gatillaron los estudiantes secundarios, valiente y audazmente, poniendo de cabezas el sistema mercantil, que llega incluso a las políticas públicas. Este poema habla un poco o mucho, de eso, ciudad de los ciegos, para los que no quieren ver, que son los peores, o para los que simplemente quedaron ciegos “a manos de la autoridad”.


E. U.: Tú vienes de Chillán y el hablante poético declara en Mi casa en el aire: “Donde silbe el viento/ hallaré mi casa/ de la única manera en que se produce el/ encuentro entre el aire y las puertas.” ¿Dejó de soplar el viento en la ciudad natal?

M. V.: No, de ninguna manera: el viento, el aire, el numen, el pneuma, siempre han estado irrigados para mi vida, desde mi ciudad natal Chillán de Chile, como decía el viejo Rojas. Mi casa en el aire, es todas las casas donde he descansado mis huesos, en Chile y lejos de Chile. Pero parafraseando a otro poeta… me persigue Chillán.

 

Elgar Utreras Solano (Chillán, 1972). Poeta y gestor cultural, Máster en Escritura creativa en español, Universidad de Salamanca, España. Profesor de Castellano y Comunicación Social, licenciado en Educación. Docente de la Facultad de Educación y Ciencias sociales de la Universidad Adventista de Chile. Imparte clases en el Liceo Martín Ruiz de Gamboa de la ciudad de Chillán.

Es co-fundador del proyecto editorial Ortiga Ediciones y de la Agrupación cultural ConteXto Ñuble, que da vida al Festival de poesía itinerante Estación Ñuble. Es fundador del proyecto Poetansia Editores, y ha abierto un nuevo sitio para difundir la cultura a través de la creación de Radio ConteXto Ñuble, Centro Cultural Radio - TV Contexto Ñuble.

Es autor de los libros: En la calle de los ángeles (2006); La casa (2013), Los huesos de la mariposa (2017) y Tierra en llamas (2020). Su obra ha sido incluida en antologías nacionales e internacionales.


Marcelo Velmar (Chillán, 1970). Ha publicado: Poemas a la carta (Temuco, 1995), luego vendrían: Pena de alumbramiento (Santiago, 1997), Mortales razones (Santiago 2009) y Estelado (Santiago, 2018)

Cuenta con inclusiones en diversas revistas literarias y antologías de poesía, tanto dentro como fuera de Chile. Su trabajo ha sido reconocido en diversos certámenes literarios del país. Algunos de los poemas de su libro Mortales razones, son reconocidos con Mención de Honor y Mejor Poesía Extranjera en el Concurso Internacional de Poesía, Junín País 2010, en la República Argentina.

Destacada es también su labor, en los últimos años, como gestor cultural en Santiago de Chile, y promotor de diversos espacios de encuentro, para la difusión de la creación poética, de autores nacionales y extranjeros.



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