Pesquisas
He estado buscando la esencia del mundo
en los habitantes de mi ciudad
y he recorrido todos los escondites
pero tú no estabas
aunque vi debajo de los cartones
muchos quisieron huir
y albergarse dentro de mi mente
los demás escuchaban los relojes
y seguían palpitando
entretanto yo ofrecía mi cuerpo a la luna
y ella miraba a través de los espejos
la cara oculta de todos los hombres.
Memorias sin rumbo
Recuerdos se cobijan en ese túnel, son borrosos desprendimientos de mi memoria que perpetúan
las ansias de salir. Sobre una montaña podemos ver los esqueletos y sus sombras son las muertes
de todos mis refugios. Más allá, la lluvia termina en tus ojos y más acá, los niños juegan, más acá
o más allá volveremos por nosotros mismos, seremos perpetuamente plagiados y nunca más
seremos el uno ni el otro, no habrá oscuridad. Los ojos finalizarán su viaje en la punta de los
cerros, la colina derramará una lágrima negra, aquellos espacios serán llenados de improviso y una
ola se perderá para siempre.
Desnudez terrenal
Hace algunos años, el viaje volvió a rescatarnos y cada vez que mi mente se halla extraviada, los
colores cambian continuamente. Tú y yo nos envolvemos en estos lazos y descubrimos el sentido
y así desnudas podemos atarnos a las raíces y volver a los ritmos de la tierra. Nuestras hojas
comienzan su verdadero peregrinaje, saltamos las líneas que nos mantienen separadas, porque el
dolor se vuelve arcilla y es un rastro que quisiéramos desconocer; pero el canto tiene otros
matices, llamaradas diferentes: bocas se alimentan del tiempo y ojos comienzan a mirar.
Mutación
Extiendo mi mente hacia las colinas
y encuentro libertad
septiembre cruza como grito atormentado
los ríos desaparecen
la noche entierra a sus muertos
y los ojos sangran porque no saben reír
los árboles tejen una corona a mi alrededor
y una gota se desliza por mis ojos
como escaleras que brotan desde lo profundo.
Bosque
Desde el puente la luz se hace navío
y cede pensamientos en un paisaje de otoño
Retrocedo, me albergo en este pasado
y un rápido batir me lleva hacia los ojos del bosque
diciembre es solo una ráfaga
y los pájaros son niños que parten la memoria.
Claudia Isabel Vila Molina (Viña del Mar, 1969) Profesora de Lenguaje y comunicación (PUCV), poeta, editora, correctora de textos, crítico literario y estudiante de Magister en Literatura Comparada en la Universidad Adolfo Ibáñez (2023). Ha publicado: Los ojos invisibles del viento (Quilpué, 2012), Poética de la erótica, amores y desamores (Santiago, 2021) y Los extraviados (2023).
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