Ideas perniciosas
Los chilenos le temen a la CIA.
Cuando un inglés se interesa mucho en cosas chilenas los chilenos dicen:
“debe ser de la CIA”
sobre todo si habla bien español y se interesa en cosas de chilenos.
Sin embargo la CIA existe.
Oh yes!
Las encomiendas
Algunos somos lo suficientemente jóvenes
como para tener madres.
Por eso a veces los carteros ingleses
golpean con los pies nuestras puertas
y traen inmensas encomiendas de Chile.
Dicen
“somos los carteros y traemos encomiendas”
entonces nosotros
“pasen a tomarse un cafecito”
y ellos
“no, no, somos ingleses y trabajamos de 8 a 12”
y nos dejan paquetes amarrados con mucha fuerza
y grandes letras
muy marcadas como
si las madres temieran que el avión perdiera el rumbo
y las encomiendas fueran a parar a manos de algún africano
costarricense o florentino de parecido nombre al nuestro.
Pero eso no es todo, no es ni la mitad
las encomiendas traen pequeños milagros
traen retazos de luces y aromas traen
fieles formas de sombras preconcebidas
por nosotros traen suciedades para
el alma del que todos sabemos.
Sí, acá llueve firme y
el exilio no puede impedir que las madres
nos envíen encomiendas
con gruesas letras y cáñamo
escogido.
Chaos
es penoso cuando una persona se baja del bus
y mira a la que quedó arriba para hacerle chao
y la que quedó arriba mira para otro lado
es penoso cuando una persona se baja del bus
y no mira a la que quedó arriba haciéndole chao
y camina mirando como en distracción
es rico cuando una persona se baja del bus
y mira de reojo a la que quedó arriba
para hacerle chao
y la de arriba mira para abajo de reojo
a la que va por la vereda distraída de reojo
y ambas se descubren y se hacen chao
es fome cuando una persona se baja del bus
y hace chao chao a la de arriba que
hace chao chao
son posibles otras variaciones?
(tarea para la casa)
Las nutrias
(a luiscastellón, casicazadordenutrias)
Las nutrias no se matan en guerras nutricidias
Las nutrias no beben alcohol, solo agüita
Las nutrias no fuman ni toman drogas
Las nutrias visten su propia piel
Jamás se les pasaría por su mente de nutria matar a un ser humano
Para hacerse un abrigo de humano
Las nutrias no se quedan dormidas viendo televisión
Las nutrias no hacen películas
Las nutrias no torturan a otras nutrias ni las hacen desaparecer
No tienen la tecnología ni la inteligencia como para hacerlo
Las nutrias no juegan rugby ni compran acciones
Las nutrias no tienen lucha de clases
Las nutrias no se dividen en clases sociales
Las nutrias no viven de la plusvalía producida por otras nutrias
Las nutrias no conducen vehículos motorizados
Ni castigan al planeta
Las nutrias no pueden desencadenar la hecatombe nuclear
A lo mucho una riña entre una nutria madre celosa con sus nutritos
Y un nutrio padre despechado
A las orillas del lago Ofqui en Sudamérica
O en una playa al norte de Escocia
Pero nada de hecatombes nucleares
No tienen la tecnología ni la inteligencia como para hacerlo
Volverá el futuro
Volverá el futuro
con una certeza de piedra y fuego
con una precisión de arañas y lluvia
Volverá el marinero primero Ernesto Zúñiga
a correr semidesnudo desde su celda
hacia las duchas
de la Cárcel pública de Valparaíso
antes de morir acribillado
en una calle de Santiago
Volverá Alicia Ríos a doblar una esquina
cerca de Finsbury Park, Londres, N4
antes de morir despedazada
en una calle de Santiago
Volverá el futuro
porfiado como raíz, como hueso
inmaculado como toda la tierra
Volverá el futuro
con la muerte de sus jóvenes
conquistada en el asombro
devuelta a su vulgaridad
ordinaria irá junto a nosotros
cuando vuelva el futuro
preciso como grillo cantando
certero
en el silencio/ en la noche de luz
Mauricio Redolés (Santiago, 1953). Poeta y músico, es autor, entre otros legendarios trabajos musicales, de Bello Barrio (1987), Química (de la lucha de clases) (1991), ¿Quién mató a Gaete? (1996), Cachai Reolé? (2008) y One, Two, Tres, Cuatro (2013). Entre sus publicaciones de poesía se cuentan Notas para una contribución a un estudio materialista sobre los hermosos y horripilantes destellos de la (cabrona) tensa calma (1983), Chilean Speech (1986), Estar de la poesía o el estilo de mis matemáticas (2000) y, bajo el heterónimo de Marcelo Reyes Khandia, Los versos del sub-teniente o Teoría de la luz propia (2011).
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