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  • 13 Mirlos

RODRIGO ARRIAGADA ZUBIETA: 4 POEMAS


 

En algún lugar de La Mancha


Toledo se desvanece. Flota

bajo la guillotina del ojo

en el instante en que las alas de las luciérnagas se cortan

vencidas por hocicos de animales de piedra.

Estos enemigos innaturales

de la maníaca hermosura

de todo lo que debió extinguirse

tiempo atrás de una sola vela.


Acá los dioses son lentos

y dejan a los niños jugar

con los cadáveres de sí mismos

les muerden el hígado

cada mañana hasta que se hacen viejos

en Roma, en Lourdes y en Fátima.


El cielo atrás del cielo confirma tu intuición,

las ciudades católicas se hundieron hace siglos

y nadie se detiene bajo una cúpula

absolutamente nada corta la respiración.


Valía la pena estar solo para estar más solo

caminar borracho sin lámpara

en una fiesta de las aves al aire libre

donde nunca habita el hombre

a la hora del búho.


Tu querías esta calma

con que llenar la soberanía del vacío

el escenario donde dios brilla por su ausencia

en el resplandor de las fotografías.


Volverás a casa, a tu país,

a tu eriazo de inútiles flores desatadas

y todo te parecerá perdido.


Un gusano embriagándose

en recuerdos líquidos.


Un silencio boreal

semejante a la poesía, a la fiebre,

y al final una emoción.

No estabas loco ni enfermo.

Era sólo tu cabeza extasiada de puntos fijos.

Un mapa de las regiones desleales

donde se perdería un huracán.


A Bolaño


No he perdido

lo que podría llamarse un país, Roberto


Tampoco he ganado un sueño


Es solo una pesadilla dentro de otra pesadilla

que no vive en lo que tú dirías un espíritu

más bien es un bosque lleno de veneno

silvestre de hormigas

que puebla de árboles las galerías de los sesos

Y a veces esa pesadilla se viste de Ninfa y me dice

Zubieta, la hermosura es el hombre de Vitrubio

la impudicia del Nacimiento de Venus

de céfiros lascivos empujada hasta la orilla

— Simonetta Vespucci —

dedos de algodón sobre senos pequeños y torneados

firmes como puentes de París

catedrales de Reims o de Toledo


Recoge tus hábitos y ve a verlos


Y yo pienso

Europa es una monja calenturienta

que muere de vieja en la revolución de los museos

eyaculaciones de la bendita esterilidad

en vientre de nadie

donde crecen naranjas ácidas

diminutas espermas en un suelo pompeyano


Yo mismo vi lo que el hombre antiguo de seguro vio

estatuas a punto de perder los sostenes

originales de Eugene Delacroix — 1830—

en VHS y clubes de ventanas sudorosas

telas oscurecidas por la mirada oblicua

de las masas excitadas


Pero la sangre es una deuda pendiente

y esta primavera se decretaron

leyes antimasturbatorias

en todos los peep-shows del poder


Por eso llega la noche

y en la pesadilla digo creer que sueño

o sueño creer que digo


La belleza es un cielo de vidrios

glaseado de animales muertos

que se pudren infectos en todos los altares


La belleza es una puerta de Kubrick

destrabando represas de las venas de los enfermos

en salones de charcos psiquiátricos


No he perdido un país

pero he ganado toda su violencia


Y a veces veo lo que el hombre creyó ver


Torsos desnudos que flamean al viento

como una estación llena de mujeres semipájaros


Y la belleza no es más que eso, Roberto


Tetas caídas libres de los ojos de la cacería


Cribando todas las plagas


Menstruando todos los falos.



Poeta y asesino


Sólo la mañana acusaba su resaca

en la Ciudad de Santiago

olores rancios de cerveza provenientes

de las calles ennegrecidas

sedientas de apropiarse del mundo

en el fin del mundo.

Vi por años esa ceremonia extenuante

melódica y vieja

tremendista como un obispo

que predica en la carretera

y la medicina ya no pudo conmigo.

Parezco un gusano blanco

que arrastra la desesperación

de todo un país exhausto

y viaja por pueblos del Medioevo

respirando breve

como el suspiro de un guillotinado.

No dispongo de la excusa de la juventud o la locura,

soy insensible a los pájaros del siglo XIII

y a los infiernos de Dante.

Tengo la mirada de un poeta asesino

uno de esos que ve con los ojos

ausentes de su cabeza y como tal

cumplo con el deber latinoamericano

de mirar lo que escupo:

un cuarto psiquiátrico, un hospital

o un convento jesuita como un licor fino

el vómito elegante de abstinencias coloniales.



Omnia sol temperat


Omnia sol temperatpurus et subtilis,

novo mundo reseratfacies Aprilis,

ad amorem properatanimus

heriliset iocundis imperatdeus puerilis.


Cánticos de Beuern


Veo la radiante cara del sol

conducir hacia la luz el baile de la juventud,

reanudar las flautas, ignorar la cicatriz del cielo

ahí, en su ardor, derretir un invierno

en el campo abierto de amores congelados

donde ellos buscan a sus niñas

con sus ardientes manos oliendo a hierba.


Y veo a esos muchachos desafiar

el curso natural de la estación,

destrozando el carozo del fruto inmaduro

con apuro de tedio semanal,

tocando senos y nalgas

con imprecisión inobservada,

incordiando ritmos con la voz del corazón

mudo de nervios

ahí, a plena luz, musculosos bufones sin versos

ni obsequiosos gorriones

delicias de la doncella, Catulo,

afásicos que no han visto aún el horizonte

gimen la palabra hembra,

hurgan entrepiernas en la flor de su escarcha.


Es el grito del animal

como una campana que anuncia la desgracia

en el vientre de la mujer

colmado de primavera.


Sabemos que de estos hombres no surgirá nada.


Quizás pétalos demasiado cansados

por el aire lisiado de sueño

o por la transformación de las semillas

en el exorcismo de la muerte,

un feto que bracea de espaldas

ahogado en un océano negro

espeso de cormoranes y sal.


De El Greco (2021).

 

Rodrigo Arriagada-Zubieta (Viña del mar, Chile, 1982) es un poeta, traductor y crítico literario. Escribe de manera regular en la Revista y Editorial Buenos Aires Poetry donde es, además, Director de la colección internacional de poesía «Pippa Passes». Sus poemas han sido traducidos al italiano y al español, publicados en medios de Chile, Austria, Argentina, Bangladesh, Venezuela, Colombia, Perú, México, Estados Unidos, Italia y España. Como poeta ha publicado los libros Extrañeza (2017), Hotel Sitges (2018), Zubieta (2020) y El Greco (2021), todos por Buenos Aires Poetry. Su trabajo ha sido antologado en su propio país por la Editorial Santiago Inédito, bajo el título Una Temporada en la cabeza (2020). En traducción publicó Cutty Sark (Poesía escogida), de Hart Crane (2020) y Thirties Poets (2021). Actualmente finaliza sus estudios doctorales en letras hispánicas en la Universidad Complutense de Madrid. Reside en Alicante, España.



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