En algún lugar de La Mancha
Toledo se desvanece. Flota
bajo la guillotina del ojo
en el instante en que las alas de las luciérnagas se cortan
vencidas por hocicos de animales de piedra.
Estos enemigos innaturales
de la maníaca hermosura
de todo lo que debió extinguirse
tiempo atrás de una sola vela.
Acá los dioses son lentos
y dejan a los niños jugar
con los cadáveres de sí mismos
les muerden el hígado
cada mañana hasta que se hacen viejos
en Roma, en Lourdes y en Fátima.
El cielo atrás del cielo confirma tu intuición,
las ciudades católicas se hundieron hace siglos
y nadie se detiene bajo una cúpula
absolutamente nada corta la respiración.
Valía la pena estar solo para estar más solo
caminar borracho sin lámpara
en una fiesta de las aves al aire libre
donde nunca habita el hombre
a la hora del búho.
Tu querías esta calma
con que llenar la soberanía del vacío
el escenario donde dios brilla por su ausencia
en el resplandor de las fotografías.
Volverás a casa, a tu país,
a tu eriazo de inútiles flores desatadas
y todo te parecerá perdido.
Un gusano embriagándose
en recuerdos líquidos.
Un silencio boreal
semejante a la poesía, a la fiebre,
y al final una emoción.
No estabas loco ni enfermo.
Era sólo tu cabeza extasiada de puntos fijos.
Un mapa de las regiones desleales
donde se perdería un huracán.
A Bolaño
No he perdido
lo que podría llamarse un país, Roberto
Tampoco he ganado un sueño
Es solo una pesadilla dentro de otra pesadilla
que no vive en lo que tú dirías un espíritu
más bien es un bosque lleno de veneno
silvestre de hormigas
que puebla de árboles las galerías de los sesos
Y a veces esa pesadilla se viste de Ninfa y me dice
Zubieta, la hermosura es el hombre de Vitrubio
la impudicia del Nacimiento de Venus
de céfiros lascivos empujada hasta la orilla
— Simonetta Vespucci —
dedos de algodón sobre senos pequeños y torneados
firmes como puentes de París
catedrales de Reims o de Toledo
Recoge tus hábitos y ve a verlos
Y yo pienso
Europa es una monja calenturienta
que muere de vieja en la revolución de los museos
eyaculaciones de la bendita esterilidad
en vientre de nadie
donde crecen naranjas ácidas
diminutas espermas en un suelo pompeyano
Yo mismo vi lo que el hombre antiguo de seguro vio
estatuas a punto de perder los sostenes
originales de Eugene Delacroix — 1830—
en VHS y clubes de ventanas sudorosas
telas oscurecidas por la mirada oblicua
de las masas excitadas
Pero la sangre es una deuda pendiente
y esta primavera se decretaron
leyes antimasturbatorias
en todos los peep-shows del poder
Por eso llega la noche
y en la pesadilla digo creer que sueño
o sueño creer que digo
La belleza es un cielo de vidrios
glaseado de animales muertos
que se pudren infectos en todos los altares
La belleza es una puerta de Kubrick
destrabando represas de las venas de los enfermos
en salones de charcos psiquiátricos
No he perdido un país
pero he ganado toda su violencia
Y a veces veo lo que el hombre creyó ver
Torsos desnudos que flamean al viento
como una estación llena de mujeres semipájaros
Y la belleza no es más que eso, Roberto
Tetas caídas libres de los ojos de la cacería
Cribando todas las plagas
Menstruando todos los falos.
Poeta y asesino
Sólo la mañana acusaba su resaca
en la Ciudad de Santiago
olores rancios de cerveza provenientes
de las calles ennegrecidas
sedientas de apropiarse del mundo
en el fin del mundo.
Vi por años esa ceremonia extenuante
melódica y vieja
tremendista como un obispo
que predica en la carretera
y la medicina ya no pudo conmigo.
Parezco un gusano blanco
que arrastra la desesperación
de todo un país exhausto
y viaja por pueblos del Medioevo
respirando breve
como el suspiro de un guillotinado.
No dispongo de la excusa de la juventud o la locura,
soy insensible a los pájaros del siglo XIII
y a los infiernos de Dante.
Tengo la mirada de un poeta asesino
uno de esos que ve con los ojos
ausentes de su cabeza y como tal
cumplo con el deber latinoamericano
de mirar lo que escupo:
un cuarto psiquiátrico, un hospital
o un convento jesuita como un licor fino
el vómito elegante de abstinencias coloniales.
Omnia sol temperat
Omnia sol temperatpurus et subtilis,
novo mundo reseratfacies Aprilis,
ad amorem properatanimus
heriliset iocundis imperatdeus puerilis.
Cánticos de Beuern
Veo la radiante cara del sol
conducir hacia la luz el baile de la juventud,
reanudar las flautas, ignorar la cicatriz del cielo
ahí, en su ardor, derretir un invierno
en el campo abierto de amores congelados
donde ellos buscan a sus niñas
con sus ardientes manos oliendo a hierba.
Y veo a esos muchachos desafiar
el curso natural de la estación,
destrozando el carozo del fruto inmaduro
con apuro de tedio semanal,
tocando senos y nalgas
con imprecisión inobservada,
incordiando ritmos con la voz del corazón
mudo de nervios
ahí, a plena luz, musculosos bufones sin versos
ni obsequiosos gorriones
delicias de la doncella, Catulo,
afásicos que no han visto aún el horizonte
gimen la palabra hembra,
hurgan entrepiernas en la flor de su escarcha.
Es el grito del animal
como una campana que anuncia la desgracia
en el vientre de la mujer
colmado de primavera.
Sabemos que de estos hombres no surgirá nada.
Quizás pétalos demasiado cansados
por el aire lisiado de sueño
o por la transformación de las semillas
en el exorcismo de la muerte,
un feto que bracea de espaldas
ahogado en un océano negro
espeso de cormoranes y sal.
De El Greco (2021).
Rodrigo Arriagada-Zubieta (Viña del mar, Chile, 1982) es un poeta, traductor y crítico literario. Escribe de manera regular en la Revista y Editorial Buenos Aires Poetry donde es, además, Director de la colección internacional de poesía «Pippa Passes». Sus poemas han sido traducidos al italiano y al español, publicados en medios de Chile, Austria, Argentina, Bangladesh, Venezuela, Colombia, Perú, México, Estados Unidos, Italia y España. Como poeta ha publicado los libros Extrañeza (2017), Hotel Sitges (2018), Zubieta (2020) y El Greco (2021), todos por Buenos Aires Poetry. Su trabajo ha sido antologado en su propio país por la Editorial Santiago Inédito, bajo el título Una Temporada en la cabeza (2020). En traducción publicó Cutty Sark (Poesía escogida), de Hart Crane (2020) y Thirties Poets (2021). Actualmente finaliza sus estudios doctorales en letras hispánicas en la Universidad Complutense de Madrid. Reside en Alicante, España.
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