Por Sergio Rodríguez Saavedra
En el primer poema de Estado de situación de Marcelo Velmar dice: “Haber nacido con un ala rota/ me impulsa cotidianamente/ a inclinar el vuelo/ hacia el lado inverso del reloj”. De estos cuatro versos se desprenden varios asuntos que me gustaría comentar. Enumero:
1. Resiliencia: volar con un ala rota es cargar un dolor terrible y a la vez, una voluntad magnífica de superación. Y, quizás, no sea ficticio, ya que nuestro autor nace en Chillán y estudia en Temuco, no solo alejado de las sedes del movimiento intelectual de los 90tas, sino que, además, de los estímulos de recepción de una obra y la discusión crítica de la misma. Donde la generación o promoción anterior ya se denominaba “Generación NN” en argumento y contrargumento a los dolorosos años de dictadura lo cual ahorra comentarios al respecto.
2. Rigurosidad: este impulso (el vuelo) es “cotidiano” y por lo tanto un quehacer de cada día. La biodata nos dice que ya a la edad de 12 años publicaba en la revista Correo Literario del grupo Ñuble. En 1997 editará Pena de alumbramiento (¡qué gran título!), en el 2008 Mortales razones, en el 2018 yo mismo edité Estelado, su tercer libro y, en tiempo presente, este nuevo libro en cuyo prólogo, encontrarán parte de una entrevista a Marcelo donde dice “Desde el momento que se decide comunicar a otros, debe asumirse una tremenda responsabilidad, eso implica un gran trabajo, autodisciplina y sobre todo, compromiso”. Creo no equivocarme al indicar que esta también es una poesía del compromiso, rigurosamente escrita.
3. Irreverencia: la inclinación implica, necesariamente, alejarse de la ruta trazada, también podríamos agregar, es común en esta siempre experimental poesía chilena en la cual se inserta una obra que observa con ojo crítico nuestra realidad. Poemas como un misil, es Chagal, casa en el aire, kairos, incluso el título de la segunda parte: Entre mitades hace una referencia implícita a este desdoblarse entre lo que se dice con el lenguaje de la realidad y lo que se hace al lenguaje con el poema como hubiese dicho Montalbetti.
4. El teórico William Empson, a propósito de esta ambigüedad verbal del poema como es “el lado inverso del reloj” nos invitaba a analizarlas y ver sus posibles efectos. Y desde lo contradictorio o aparentemente inconexo encontrar una apertura. Una pugna entre los significados literales y las asociaciones que puede generar. Es en este sentido donde las cuerdas que transita Marcelo Velmar se vuelven sugerentes. Las coordenadas Juvencio Valle – Humberto Díaz-Casanueva; Jorge Teillier – Enrique Lihn, lógica y emoción, por nombrar algunas logran, a mi modo de ver, las razones que argumentan comentar en la actualidad Estado de situación, cuya primera estrofa: “Haber nacido con un ala rota/ me impulsa cotidianamente/ a inclinar el vuelo/ hacia el lado inverso del reloj” algo hemos reseñado. Me gustaría seguir con la segunda de las tres estrofas que lo componen, que reza: “De vez en cuando/ planeo en círculo/ sobre tejados malavenidos/ con la obstinada fe de un ciego”, pero el espacio es mezquino cuando se quiere un alabar un trabajo serio. Solo que la invitación a su lectura es, en verdad, entusiasta.
Sergio Rodríguez Saavedra (Santiago de Chile, 1963). Poeta, crítico literario. Ha publicado en poesía Suscrito en la niebla (1995), Ciudad poniente (2000 - 2002), Memorial del confín de la Tierra (2003), Tractatus y mariposa (2006), Militancia personal (2008), Centenario (2011), Ejercicios para encender el paso de los días (2014), Patria negra patria roja (2016) y Días como peces (2020) más las muestras antológicas Nombres propios (Madrid, 2017) y Antología de agua y hueso (Popayán, 2018). Su obra ha sido reconocida en diversos certámenes nacionales, entre otros el 1er lugar en el premio nacional Eduardo Anguita (en sus versiones 2008 y 2010), premio Letras de Chile (2014) y como ganador del XV Premio Stella Corvalán (2019).
Marcelo Velmar (Chillán, 1970). Ha publicado: Poemas a la carta (1995), luego vendrían: Pena de alumbramiento (1997), Mortales razones (Santiago 2009) y Estelado (2018)
Cuenta con inclusiones en diversas revistas literarias y antologías de poesía, tanto dentro como fuera de Chile. Su trabajo ha sido reconocido en diversos certámenes literarios del país. Algunos de los poemas de su libro Mortales Razones, son reconocidos con Mención de Honor y Mejor Poesía Extranjera en el Concurso Internacional de Poesía, Junín País 2010, en la República Argentina.
Destacada es también su labor, en los últimos años, como gestor cultura y promotor de diversos espacios de encuentro, para la difusión de la creación poética, de autores nacionales y extranjeros.
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