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  • 13 Mirlos

VÍCTOR SÁEZ: ACREENCIAS


 

(acreencias)


1

La travesía comienza por

los pies hinchados las

puertas cerradas

y la basura en un rincón

el universo en algunos

segundos dará señales

de vida lo sabemos a

pesar de los trucos

y las vidrieras de los elegidos

una vez convertidos en sabios el resto

queda a cargo de la amnesia la única

capaz de volvernos al camino silbando

bajito canciones aprendidas

anteayer

pocas veces la espuma o el

aire han dicho tanto a la hora

de tomar sótanos por asalto

con el rabo entre las piernas

y las murallas por testigo

2

En el lado correcto de piernas y

almohadas solo la curiosidad nos

pone a salvo, acorta la distancia hasta

la fruta fresca de hoy por la mañana o

devuelve el aire a pulmones y

peinetas.

Al mediodía, cuando el zumbido

en el bolsillo recuerda que es hora

de lavar ojos y manos,

serenos

sonrientes

y obesos

nos volvemos transparentes y

bebemos café.

3

Todo en calma, moscas en

la botella, rompen el paisaje,

poca cosa para noches sin

televisión ni toallas que

doblar.

Nadie cerca de un piano o de un

volcán, vuelve a ser el mismo, por

eso las moscas (y los muertos) no

consiguen dar con el interruptor de la

luz.

Al fondo, la gloria de mirarse en

latones descifrar letras azules y

abrir un tarro de atún. …El

asfalto es agua

dijiste

y comenzamos a reír… como

en un ascensor o en la puerta

de un banco.

Más acá. La

pantalla

el tazón

un abrazo por la tarde

el asfalto

las ganas y un sonido

extraño por debajo de la

puerta.

Cerca de la hora en que la

gente buena comienza a

despertar, fuimos

invencibles por penúltima

vez.


4

En agosto manos y pies

reclamarán abrazos y

veredas, te lo puedo

asegurar.

Al llegar a cada esquina (aunque

nadie lo note o agradezca),

borraremos el nombre de calles y

desvíos… o escupiremos sobre el

suelo.

Verás que no es tan malo esconder

cartas o relojes, bajo mangas y

manteles, por si debemos salir con

prisa, o alguien regresa antes

de tiempo.

Llevar colgado en el rostro (el

deseo inocente de la muerte) pone

a salvo de ingenieros y

gendarmes, también de vez en

cuando, nos consigue una cerveza.


5

Esta vez sí hemos

encontrado

la llave, el pezón… o la foto en

el refrigerador, pronto

estaremos sonrientes y cansados

a tiempo, para encender la luz a

media tarde, sacudir las migas

del ombligo y colgar en las

ventanas los ojos

enrojecidos, (envueltos en papel)

como si todo estuviera por recomenzar o

alguien deslizara -por debajo de la

puerta- un gato o una invitación a cenar.

Justo a tiempo para desnudarnos.

 

Víctor Sáez (Santiago 1962): Escritor y Licenciado en filosofía. Ha incursionado en narrativa, ensayo y poesía. Su obra ha sido incluida en antologías nacionales e internacionales (Cuba, España, USA, Argentina), y traducida a varios idiomas. Ha sido premiado en diversos concursos (Eduardo Anguita, Teresa Hamel, Stella Corvalán, entre otros). En el 2014 fue nombrado Miembro Correspondiente de la Academia de Letras, Artes y Ciencias de Brasil.

Ha sido presidente de la Sech y Consejero del Libro y la Lectura en el Ministerio de Cultura.

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